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Cómo hacer la introducción de la Tesis: Guía paso a paso

La introducción de la tesis es una de las secciones más importantes de cualquier trabajo de investigación. Es la primera impresión que el lector tendrá sobre tu estudio y, si está bien estructurada, despertará el interés y servirá como una guía clara sobre el contenido que está por venir. Sin embargo, muchos estudiantes se sienten confundidos al escribir la introducción, ya que cada universidad presenta exigencias diferentes y, en ocasiones, poco claras.

En este artículo, te explicaremos de manera detallada y práctica cómo hacer la introducción de tu tesis, qué elementos incluir y cómo mantener una redacción clara, concisa y académica que cumpla con los estándares exigidos en el ámbito académico.

El propósito principal de la introducción en la tesis

El propósito de la introducción es simple pero fundamental: presentar brevemente al lector el tema de estudio, su contexto general y las variables principales que serán abordadas en el trabajo.

La introducción debe ser una visión general que invite al lector a avanzar en la lectura y a comprender por qué tu estudio es relevante. Por tanto, no se trata de incluir el marco teórico, el planteamiento detallado del problema ni los resultados obtenidos. Cada apartado de la tesis tiene su propio espacio y función específica.

Cómo hacer la introducción de tu tesis

Una introducción bien redactada debe cumplir con cuatro objetivos esenciales:

  • Presentar el tema de forma clara y general, sin entrar en detalles excesivos.
  • Identificar las variables principales de tu investigación.
  • Proporcionar al lector una perspectiva de cómo se desarrollará el trabajo.
  • Despertar el interés del lector con una redacción académica atractiva y objetiva.

Estructura de la introducción

La estructura de la introducción debe ser clara y ordenada. Se recomienda dividirla en párrafos cortos que sigan una secuencia lógica y permitan al lector identificar con facilidad los elementos clave.

Primer párrafo: visión general del tema

En el primer párrafo se introduce la variable principal de tu investigación, también llamada “variable madre”. Habla del tema en términos generales, sin especificar tu problema de investigación.

Puedes incluir datos globales o referencias de organismos reconocidos como la UNESCO o la OMS, lo que aportará mayor credibilidad a tu texto. Mantén siempre una redacción clara y sencilla que capte la atención del lector desde el inicio.

Ejemplo:
«La salud mental en jóvenes universitarios se ha convertido en un tema central en los últimos años. Factores como la presión académica, el uso intensivo de la tecnología y los cambios sociales han transformado la manera en que los estudiantes enfrentan el estrés y desarrollan sus habilidades emocionales».

Segundo párrafo: la segunda variable

Si tu investigación aborda una segunda variable, dedícale un párrafo independiente. Describe esta variable de manera general, sin profundizar demasiado, y apóyate en una cita confiable pero breve.

Ejemplo:
«El uso de redes sociales es un fenómeno global que ha transformado la comunicación, las relaciones interpersonales y la forma en que los jóvenes gestionan su tiempo. Diversos informes internacionales advierten que, aunque estas plataformas ofrecen ventajas, también pueden tener efectos negativos en el bienestar psicológico».

Tercer párrafo: relación entre las variables

En este párrafo debes integrar las variables principales para plantear el panorama general de tu investigación. Explica de forma breve y objetiva cómo una variable puede influir en la otra. Evita emitir juicios personales o presentar conclusiones que aún no han sido analizadas.

Ejemplo:
«La interacción entre la salud mental y el uso de redes sociales en jóvenes universitarios ha generado creciente interés en la literatura científica. Analizar esta relación es fundamental para comprender los desafíos del bienestar estudiantil en contextos educativos actuales».

Cuarto párrafo: estructura del trabajo

Finaliza la introducción con un párrafo que describa cómo está organizado tu trabajo de tesis. Este apartado ayuda al lector a comprender cómo se desarrollará tu investigación y qué encontrará en cada capítulo.

Ejemplo:
«El presente trabajo está dividido en cinco capítulos. En el primero se plantea el problema de investigación, objetivos e hipótesis; en el segundo, se presenta el marco teórico; en el tercero, se describe la metodología; en el cuarto, se analizan los resultados; y finalmente, en el quinto, se desarrollan las conclusiones y recomendaciones».

Redactar la introducción: consejos prácticos

La redacción de la introducción requiere claridad y precisión. Aquí algunas recomendaciones para lograr una introducción efectiva:

  • Sé claro y conciso: evita extenderte con explicaciones que pertenecen a otros apartados. Lo ideal es que la introducción tenga entre dos y tres páginas.
  • Mantén un tono académico: utiliza un lenguaje formal y objetivo, evitando adjetivos subjetivos.
  • Apóyate en datos confiables: citar organismos internacionales como la ONU o informes gubernamentales otorga mayor credibilidad.
  • Revisa y corrige: la introducción debe ser impecable, sin errores ortográficos o gramaticales.

Errores comunes a evitar en la introducción de la tesis

Uno de los pasos más importantes al estructurar la introducción de tu tesis es saber qué no incluir. Estos son los errores más comunes:

  • Incluir definiciones teóricas que pertenecen al marco teórico.
  • Describir el problema en detalle, lo cual corresponde al planteamiento del problema.
  • Presentar resultados o conclusiones antes de tiempo.
  • Extenderse demasiado; una introducción larga puede perder claridad y efectividad.

Estructurar introducción de tu tesis con el modelo CARS

El modelo CARS (Create A Research Space) es una técnica muy útil para redactar la introducción de trabajos académicos. Este modelo se basa en tres pasos esenciales:

  • Establecer el territorio: presentar el tema y su relevancia dentro del campo de estudio.
  • Identificar la laguna: señalar qué falta en la literatura existente o qué interrogantes no han sido resueltos.
  • Ocupar el espacio: explicar cómo tu investigación busca llenar ese vacío y cuál es su contribución.

Aplicar este modelo te ayudará a lograr una introducción bien redactada, coherente y con un enfoque académico sólido.

Frases útiles para comenzar

Para facilitar la redacción de la introducción, aquí tienes algunas frases que puedes adaptar a tu estudio:

  • “El presente trabajo de investigación tiene como propósito analizar…”
  • “En los últimos años, el tema de [variable] ha adquirido gran relevancia en el campo de estudio…”
  • “Este estudio busca examinar la relación entre [variable A] y [variable B] en el contexto de…”
  • “El presente documento se organiza en las siguientes secciones…”

Estas frases pueden ayudarte a dar forma a una introducción clara y concisa, ideal para captar la atención del lector.

Integra todos los elementos clave

Una introducción bien redactada debe integrar los siguientes elementos:

  • Tema de estudio y variables principales.
  • Contexto general y relevancia del estudio.
  • Perspectiva clara sobre el desarrollo del trabajo.
  • Lenguaje académico, objetivo y conciso.

Integrando estos elementos, tu introducción será coherente y profesional, mostrando al lector que dominas tu campo de estudio.

Revisar y perfeccionar la introducción

La revisión es un paso que no debes omitir. Antes de dar por terminada tu introducción, realiza los siguientes pasos:

  • Lee el texto en voz alta: esto te ayudará a detectar frases confusas.
  • Comprueba la coherencia: verifica que cada párrafo se enfoque en un solo tema.
  • Analiza la estructura: asegúrate de que el orden de ideas sea lógico y fluido.
  • Solicita retroalimentación: pide a tu asesor o compañeros que revisen el texto y te den sugerencias.

Qué NO debe incluirse en la introducción de una tesis

Uno de los errores más frecuentes que cometen los estudiantes al redactar la introducción de la tesis es incluir información que pertenece a otras secciones del trabajo. Esto no solo confunde al lector, sino que también demuestra una falta de comprensión de la estructura general de una tesis académica.

En la introducción no se deben incluir los siguientes elementos:

Antecedentes del problema

Los antecedentes son importantes; sin embargo, su espacio está en un apartado específico posterior. Por lo tanto, no es necesario describir todas las investigaciones previas, ni tampoco analizar en detalle la literatura existente en esta primera parte. De hecho, si lo haces, estarías adelantando el marco teórico. En consecuencia, la introducción solo puede mencionar, de forma breve, que existen estudios relacionados, pero al mismo tiempo debe evitar profundizar y, sobre todo, no citar de manera excesiva.

Metodologías detalladas

Aunque es tentador explicar de inmediato cómo se recopilarán y analizarán los datos, ese desarrollo corresponde a la sección de metodología.
La introducción puede mencionar que se realizará un estudio cuantitativo, cualitativo o mixto, pero nunca detallar encuestas, instrumentos ni técnicas de análisis.

Hipótesis extensas

Las hipótesis deben plantearse en su propio apartado dentro del capítulo de planteamiento del problema. Incluirlas en la introducción rompe con la lógica de la redacción. Lo único válido en esta parte es dar una idea general de la relación entre variables, pero nunca redactar hipótesis formales ni explicarlas a profundidad.

Definiciones conceptuales

Muchos estudiantes cometen el error de incluir definiciones teóricas en la introducción. Sin embargo, estas corresponden al marco teórico, donde se desarrolla cada concepto clave con base en la literatura existente. La introducción debe ser breve y general, no un diccionario académico.

Resultados obtenidos o conclusiones

De manera obvia, los resultados y las conclusiones se colocan al final de la tesis. Si los incluyes en la introducción, estarías adelantando el cierre del estudio y eliminando el interés del lector.

En resumen, la introducción debe ser un texto claro y conciso que presente al lector el tema general, las variables y la organización del trabajo, sin desviarse hacia otras secciones que tienen su propio propósito.

Cómo la introducción de la tesis se relaciona con las demás secciones

Otro aspecto fundamental es comprender que la introducción de la tesis no es un apartado aislado, sino que se conecta directamente con cada una de las partes principales del trabajo de investigación.

  • Con el planteamiento del problema:
    La introducción abre la puerta hacia el problema de investigación. Por lo que en ella se habla en términos generales de las variables y del tema de estudio, preparando al lector para el análisis detallado que vendrá en el planteamiento del problema. Es como decir: “esto es lo que vas a encontrar más adelante”.
  • Con el marco teórico:
    La introducción menciona de manera breve las variables principales, pero es el marco teórico el encargado de recopilar y analizar la literatura existente, explicar conceptos clave y dar sustento académico. La introducción y el marco teórico se complementan: una presenta el tema, el otro lo fundamenta.
  • Con la metodología:
    La introducción puede hacer una referencia general al tipo de investigación, pero la metodología es la sección que explica de manera detallada cómo se recopilarán y analizarán los datos, qué instrumentos se utilizarán y cómo se garantizará la fiabilidad. La relación es clara: la introducción prepara al lector, la metodología muestra cómo se realizará el estudio.
  • Con los resultados y la discusión:
    Una buena introducción plantea el contexto y la importancia del tema, lo que permitirá que los resultados obtenidos tengan sentido y relevancia. El lector podrá comparar lo prometido en la introducción con lo que realmente se logró en los resultados y la discusión.
  • Con las conclusiones:
    Finalmente, las conclusiones cierran el círculo iniciado en la introducción. Una introducción bien redactada genera expectativas que deben cumplirse o contrastarse en las conclusiones. Por eso, se recomienda siempre revisar la introducción al final de la tesis, para asegurarse de que exista coherencia entre el inicio y el cierre del documento.

Conclusión

La introducción de una tesis es mucho más que el primer capítulo de tu documento; en realidad, es la puerta de entrada a tu trabajo de investigación. Por ello, una redacción clara y concisa, con una estructura lógica y los elementos clave bien integrados, no solo capta la atención del lector, sino que además demuestra tu dominio sobre el tema. De esta manera, invertir tiempo y esfuerzo en esta sección aportará solidez y profesionalismo a todo tu trabajo.

En resumen, la introducción debe ser breve, relevante y enfocada en el tema central, y al mismo tiempo debe evitar incluir información que pertenezca a otras secciones. Gracias a esta guía práctica, ahora sabes cómo redactar la introducción de tu tesis de manera efectiva, evitando errores comunes y utilizando estrategias probadas que te permitirán presentar tu estudio con claridad, rigor académico y una excelente primera impresión.

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